¿A quién pertenecen los
hijos?
Estamos viviendo tiempos en los que se manifiesta una gran
carga ideológica, en donde empiezan a aparecer fuertes presiones y pulsos sobre
la superioridad moral.
Es evidente que si uno piensa de una determinada manera es
lógico que lo sea porque está convencido que eso es lo mejor, por lo tanto que
unos impongan a los otros solo lleva al enfrentamiento y a la división.
Todo por ciertas declaraciones que hacen pensar que el Estado
está por encima de los padres, o algo así como hay padres que no saben lo que
le convienen a sus hijos, y es entonces cuando aparece el Estado para
reconducir a esos padres equivocados.
El equilibrio debe estar en la libertad y el respeto, los
padres si tienen derecho a opinar sobre aquello que se le enseña a sus hijos,
sobre todo lo que tiene que ver con la moral, no se habla de contenidos que
deben ser curriculares e iguales para todos. Por ejemplo si unos padres quieren
que reciban educación religiosa, eso debe ser opcional, o si hay un curso de
tauromaquia, lo que se tiene que hacer es consultar, como sea hace hasta ahora.
Puede haber temas de interés general, por ejemplo cuando viene la policía a
explicar las normas de circulación para los niños, eso es útil y necesario para
todos.
El tema es sencillo, una buena enseñanza académica en el que
los niños se puedan desarrollar positivamente, formar en valores como el
respeto, la igualdad, el esfuerzo, despolitizando al máximo y sin crear bandos
de buenos y de malos.
Ningún poder ideológico debe imponerse en los colegios, ni
adoctrinamiento como se ha visto en las escuelas de Cataluña, ni charlas
feministas endemoniando al hombre, es buscar un equilibrio. A su vez la
formación y la educación se aprenden en casa, en el colegio contenidos y
convivencia.
Que no se utilice a los hijos, a la educación como arma
ideológica, la educación es un derecho de todos, y el Estado tiene un papel y
los padres otros, ciertas apropiaciones suenan a momentos muy tristes de la
historia en donde se manipulaba a los niños y a los adolescentes, todo esto
debe salir de las aulas.
Javier Abad Chismol
Comentarios
Publicar un comentario