Estamos viviendo un momento histórico en nuestro país, según
lo que comente en estas líneas y según la postura que se tome ante la situación
de inestabilidad política en España se me vera de una manera o de otra, si
apuesto por el todo vale, todo me parece bien y no pongo límites al pensamiento
y a la posibilidad, entrare en lo que se llama ahora “progresismo”, es decir, que se puede avanzar en cualquier línea
sin temor a nada, es una especie de bula a saltarse las normas ya establecidas,
y luego, “ya veremos”.
Si por el contrario, me pongo crítico con ciertos pactos,
pidiendo un cierto límite en lo que se hace y en los peligros que puede llevar
superar ciertas líneas, entonces seré “fascista”,
vamos o soy progre o soy facha, ¿no puede haber un término medio?
¿Por qué tanto interés en hacer bandos?
Mi reflexión la hago desde el punto de vista lógico, y como
ciertos pactos y precios pueden desestabilizar el sistema, cuando en un
Gobierno entra alguien que no cree en el sistema del 78, lo lógico es que en
cuanto pueda lo cambie, si cree en la República y no en la Monarquía, lo más
esperado a la larga o a la corta, al menos es lo que haría yo, sería desplazar
al Monarquía Parlamentaria actual, no olvidemos que muchos votantes de Podemos
no creen en la Transición, toman a Franco como un tirano dictador, y si fue
este el que puso a al Rey don Juan Carlos, es por lo tanto algo ilegitimo
porque fue decisión franquista y esto según está perspectiva desautoriza la Monarquía.
Por otro lado pactos con republicanos nacionalistas, que no
reconocen al Rey y a la soberanía de España y buscan sin esconder la
independencia, pues lógico que exigirán
mesa de negociación, referéndum y posteriormente independencia, así es el caso
de partidos como ERC o Bildu, repito, no esconden, buscan eso, son honestos en
sus inquietudes.
Pues bien el hipotético gobierno desestabiliza el sistema, no
se trata de que pueda o no pueda haber buenos ministros, ni buenas intenciones
sociales, lo que peligra es el sistema, es decir, la Monarquía Parlamentaria y
la Unidad de España, al margen de políticas progresistas que puedan tener mejor
o peor resultado en la práctica.
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