LA MALA EDUCACIÓN
Creo que por poco que observemos nos daremos cuenta que
nuestra sociedad está enferma, que nuestro moderno mundo basado en lo que
llamamos el bien estar hace aguas por todas partes.
Lo que más me llama la atención es como las personas nos
hemos perdido el respeto, de cómo los valores humanos se han desvirtuado y se
han convertido en el egoísmo más absoluto que a su vez se convierte en mala
educación porque no respetamos al otro.
Solo tenemos que observar pequeños detalles cotidianos para
darnos cuenta que nuestra sociedad está mal, y es que ya no sabemos convivir, o
vivir en sociedad respetando a los demás.
Ciclistas que van por encima de la acera, sin respetar a los
peatones, increpando además si alguno les dice algo, conducción agresiva de los
vehículos, abuso de drogas, exceso de velocidad, actitudes temerarias para
grabarlas en móvil y que luego las vea todo el mundo en internet.
Saltarse las normas sin más rebeldía que el hacerlo, y increpando
a todos aquel que me diga algo, es pervertir la escala de valores de lo que es
bueno y de lo que es malo, es el relativismo moral, que me permite hacer lo que
quiera sin importarme el otro. Recuerda a la rebeldía del 15 M o a movimientos
políticos como Podemos, o la Plataforma anti desahucios, que permitía saltarse
las normas de juego, por encima de la Constitución, de lo firmado o de lo
acordado, criminalizando así al Estado y dando por lo tanto potestad para hacer
lo que uno quiera cuando quiera.
Una mala educación que empieza en la escuela, cuando muchos
padres no consienten que se les corrija a sus hijos, y si se hace se enfrentan
con los profesores o con los centros, algo que los menores detectan y que les
puede convertir en verdaderos tiranos.
Y qué decir de la televisión con programas sensacionalistas
donde se potencia, la mentira, la infidelidad y el todo por la audiencia, tal
como vemos en los programas como Gran Hermano en sus diferentes modalidades,
los Sálvame y sus derivados varios, creando modelos sociales basados en lo peor
de las personas, haciendo héroes a personas sin ningún mérito, y además
invitando a actitudes destructivas hacia nuestra sociedad.
Javier Abad Chismol
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