NO A LA GUERRA
Cada cierto tiempo surgen conflictos entre países, conflictos
con dictadores que pretenden dominarlo todo, hay algo muy cierto, y es que algo
tiene el poder dictatorial que hace que el hombre se entronice, que se crea
dueño de todo, y no solo de todo, porque lo que aparece como un problema
territorial acaba salpicando a las personas, y no de una manera colateral,
lleva incluso al exterminio.
Nuestra memoria nos habla de la historia del siglo XX e
incluso de principios de este, de la Segunda Guerra Mundial, del holocausto
judío de Hitler, de la antigua Yugoslavia, de Saddam Husein en Irak, de la
lucha contra los talibanes en Afganistán.
También recordamos en España en NO a la guerra, cuando Irak,
o de las armas de destrucción masiva, y ahora vemos lo que ocurre en Siria, de
las armas químicas, o incluso de la amenaza de Corea con el armamento nuclear.
El ser humano no aprende, es incapaz de buscar la
reconciliación, y nos planteamos ¿Cómo podemos defendernos de los dictadores y
de las amenazas externas? Y no solo eso los conflictos internos en los países
al amparo de gobiernos de dudosa actuación como en Egipto. Creo firmemente que
la guerra no es el camino, pero también creo que en ocasiones estamos entre las
cuerdas ¿debe la comunidad internacional frenar los genocidios? ¿Cómo debe
hacerlo cuando se agotan las vías diplomáticas? ¿Se debe caer ante el chantaje?
¿Será peor el remedio que la enfermedad?
Creo que nos faltan respuesta, solo creo firmemente que las
guerras son malas y que destruyen al mundo y a la sociedad, pero creo también
que el conflicto está en el ADN de las personas, y solo con sensatez se puede
huir de lo peor que lleva el hombre, solo sé que afirmo un NO A LA GUERRA, pero
con temor porque no sé si se mata más o se salva.
Javier Abad Chismol
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