Scratches: la nueva
forma de llamar al acoso
De verdad pienso y creo, que nuestra sociedad está sumergida
en un proceso de decadencia, una caída fruto de un libertinaje abusivo, una
libertad que consiste cada vez en atentar contra los de mi alrededor, es decir,
potestad absoluta para molestar, insultar y agredir la intimidad de las
personas.
La técnica del acoso no es nueva, ni la persecución, ni el
linchamiento, cuantos personajes históricos y religiosos han sufrido el acoso
de la turba, de la masa descontrolada. Pensemos por ejemplo en san Esteban, que
fue apedreado, insultado, aplastado y al final asesinado, o los gritos del
pueblo pidiendo que liberaran a Barrabas para así matar a Jesús.
Los scratches son una forma de llamar a la presión e infundir
miedo, ¿Cómo se siente una persona o una familia que tiene un grupo de gente insultando,
gritando e invadiendo la calle al grito de asesinos y ladrones? Los que los
hacen, las plataformas anti desahució dicen que no pasa nada, parte de la izquierda lo aplaude,
los socialistas se sonríen con picardía, ¿Por qué? Muy fácil, porque se lo
hacen al rival, a los miembros del Partido Popular.
Si estamos convencidos que eso se puede, es que hemos perdido
el norte, porque eso es la mafia y terror, es decir asustar y achantar, eso es
confundir mi libertad con la agresión hacia el otro. Ni que decir tiene el
espectáculo con Isabel Pantoja, la justicia libre del pueblo, para insultar,
empujar.
Si seguimos por este camino no tardaremos en ir con pistolas
como en el oeste, porque habrá que defenderse del grupo que quiera fastidiar o
imponer su historia, tenga razón o no, no se discute la dificultad de los
colectivos, se discute las formas de hacerlo, es decir no se puede perseguir a
la gente y crear ese temor. Sin ninguna duda estamos ante una nueva modalidad
de terrorismo amparada por la legitimidad de mi razón y mis derechos, los
terroristas también defienden su razón y pasan por encima de la dignidad de las
personas.
Javier Abad Chismol
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