LA TIRANÍA DE LOS
BANCOS Y LOS POLÍTICOS
Estamos dando y dando vueltas a esta crisis que parece no
tener final, es más, parece que nos estamos acostumbrando a ella, como si tuviéramos
que aprender a vivir en este clima de pesimismo que parece estar instalado en
nuestra sociedad, nos cabria pues la resignación, la aceptación de todo, y
esperar en un rincón a que todo pase.
No tenemos que resignarnos a ello, tenemos que buscar el equilibrio
entre la acción y la prudencia, no se trata como creen algunos colectivos que
es salir a la calle una y otra vez, de chillar, de avivar pancartas, de cortar
de manera continua los centros de las ciudades creando el caos, ni tampoco de
hacer imposible la vida a los ciudadanos haciendo huelgas de servicios
públicos.
Tenemos que ir a una razón de fondo, ir más allá de las
pataletas que solo se avivan cuando me toca a mí perder mi estatus o mi sueldo,
la pregunta es ¿sirve de algo chillar? ¿Por qué ahora? El mal es más profundo,
el mal se llama egoísmo, se llama ambición descontrolada, se llama injusticia
social, y ahí ha querido entrar todo el mundo, todos queríamos enriquecimiento
rápido, no nos preguntábamos si era justo, si los sueldos estaban desproporcionados,
si era justo vender un piso que me había costado poco por 10 veces su valor,
¿para qué tener escrúpulos? Todos a ganar más y más. A vivir a un tren de vida
desproporcionado que ahora ha descarrilado.
Pero vayamos más allá, intentemos buscar culpables, o al
menos, movimientos ideológicos, bien de pensamiento o del capital, ¿quién metió
en la cabeza a las personas el gasto, el crédito, y la subida descomunal del
tren de vida? Es muy fácil, los bancos y los políticos, estos manejaban el
poder ideológico y legislativo y el capital, y esto a su vez gracias al dinero
los medios de comunicación.
¿Quién son las víctimas y quienes los culpables? Ha sido el
poder corrupto, los políticos, el enriquecimiento fácil de los bancos, ellos
han sido los que han instruido ideológicamente a la sociedad, y también son
ellos los que están perdiendo más, los bancos endeudados y los políticos con el
prestigio por el suelo, pero que curiosos ellos siguen ganando aunque sea menos
y los perjudicados en su mayoría es la sociedad, las clases más desfavorecidas.
Cambiemos la forma de pensar, de actuar y de quejarnos, toda
crisis económica viene de una crisis de principios, cambiemos, seamos
solidarios, dejemos nuestra ambición y busquemos un equilibrio del reparto de
los bienes y la búsqueda del bien común no de tan solo unos pocos, llamemos políticos
y banqueros.
Javier Abad Chismol
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