SOLIDARIDAD

LA POBREZA EN NUESTRA SOCIEDAD

Hemos escuchado estos días como varios miembros de una familia morían por haber consumido comida caducada. Este es uno de los dramas de la crisis, los vecinos se han echado a la calle a protestar contra los políticos y autoridades por este suceso.

Yo querría que todos hiciéramos una reflexión sobre de quien es la culpa, y es que la culpa es de todos, y está en la mano de todos evitar estos dramas, la solución se llama solidaridad. Es cierto que la sociedad se ha ido relajando y cada vez cuesta ayudar más a los demás. No es que se haga por maldad, se hace porque no miramos a la gente de nuestro alrededor, estamos encerrados en nosotros mismo, presos de un egoísmo que nos hace caer en la omisión hacia el débil.

Estamos muy acostumbrados a quejarnos, estamos repletos de manifestaciones, protestas, pero ¿Qué hacemos cada uno de nosotros? La ayuda a los más necesitados pasa por nuestra generosidad.

Es una labor que están desarrollando las Cáritas de muchas parroquias, ayudar a los que más lo necesitan, y con la generosidad de todos, de empresas, familias, instituciones, voluntarios, es posible ayudar a tantas personas que están pasando grandes dificultades.

También hay que destacar la gran crisis que existe en el voluntariado, la gente no es generosa con su tiempo, cuesta encontrar personas capaces de dejar parte de sus cosas por una labor altruista. Además llama la atención que cuanto más joven se es, menos generosidad existe, ¿Qué tipo de juventud ha fabricado la sociedad del bienestar? Una juventud impasible y mercantilista, buscando solo provecho de las cosas, que grita mucho, que se queja, pero ¿Qué hace? Todo parece culpa de los políticos que deben solucionarlo todo con sueldos y más sueldos públicos, es decir consumo, pero ¿Dónde está la solidaridad?

Intentemos entre todos ser sensibles a lo que ocurre a nuestro alrededor, y nos preguntemos que podemos hacer cada uno, y entre todos crecer como seres humanos en busca de una sociedad justa en donde cada vez haya menos marginación.

Javier Abad Chismol