LA LITURGIA DE LA
COMUNIÓN
Con este titular comenzaba un reportaje de televisión que
hablaba de los preparativos para que los niños celebrarán la Primera Comunión,
lo más curioso es que a lo largo de todo el programa no salió para nada la liturgia
de la Iglesia.
Podíamos preguntarnos todos nosotros, ¿de qué hablan unas
madres que se preparan para que sus hijos tomen este sacramento? Pues de todo
menos de lo más importante, les da igual si han aprendido algo sus hijos del
catecismo, eso no importa, la catequesis es el trámite para llegar al gran día,
¿de verdad vale la pena traer a un niño todas las semanas dos años para luego
un día de fiesta? Pues parece que para muchos sí, es simple y llanamente una
fiesta de lucimiento y de puesta de largo, lo religioso es la excusa y el
pretexto.
Lo importante es el vestido del niño, las niñas de novia y
los niños de marineros, en algunos casos de almirante, ya de por sí el traje no
tiene sentido, ¿Qué hace una niña de 9 años con un traje de novia, donde ha
dejado el novio? o ¿Qué hace un niño vestido de marinero, en que barco va
embarcar? Es un absurdo tradicional que hay que lucir, y como no, también los
trajes de las mamas y los invitados; “bien venidos al desfile de modas de las
Primeras Comuniones”.
Ni que decir tiene los banquetes, los regalos, los
lucimientos, todo lo que esto lleva, pero ¿dónde está el sacramento? Mejor eso
lo dejamos para otro día, no tiene ni la mayor importancia, total tendríamos que
cambiar en nombre de Primera Comunión, por el de la última comunión, muchos ya
no volverán a pisar en muchos años la Iglesia, el objetivo lúdico festivo ya
está conseguido, y la Parroquia, el cura, los catequistas ya han sido los títeres
de feria que se prestan a ello, porque parece que no queda otra que ser unos
instrumentos más de la banda, y como no lo hagan ya tienen preparado el
escándalo de la intolerancia de la Iglesia.
Javier Abad Chismol
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