IGLESIA Y PUBLICIDAD
Nos preguntamos muchas veces si es lícito que la Iglesia haga publicidad, se le critica cuando utiliza algo que todos utilizan, cuando en realidad el problema no es la publicidad sino lo que se publicita, es decir el contenido.
¿Tiene la Iglesia católica que hacer publicidad? La respuesta bajo mi punto de vista es que sí, la Iglesia está insertada en nuestra sociedad y por lo tanto forma parte de esta. ¿Tiene que ser la Iglesia distinta? Todos los partidos políticos, ONG, empresas públicas y privadas, realizan campañas para informar a los ciudadanos de lo que están haciendo.
Es cierto que la Iglesia tiene un gran número de personas que son católicos practicantes y que muchos de los mensajes llegan a través de la parroquias y de las diversas campañas internas. Pero luego hay otro sector de la sociedad española que se considera católica pero que es poco practicante, pero que sí que se acerca a la Iglesia en momentos puntuales como el bautismo, primera comunión, matrimonio, misas de difuntos y fiestas patronales. No podemos olvidar que los nuevos altares para la evangelización son los medios de comunicación.
Muchos de los momentos más importantes de la vida de las personas están vinculados a la Iglesia, y cuando una persona se acerca tiene que encontrarse con una Iglesia acogedora.
La Iglesia debe hacer más publicidad que nunca porque esta se hace por dos motivos, uno de ellos porque tiene la obligación de informar de cuál es su misión social, cultural, familiar, y segundo porque está habiendo un ataque directo desde muchos sectores para desprestigiar a la Iglesia, se quiere vender una imagen de la Iglesia, retrógrada, obsoleta, corrupta, trasnochada e imponedora de normas morales que frenan el desarrollo social.
Tenemos que darnos cuenta de que la maquinaria propagandista crea ídolos, ideas, tendencias, modas, pero que también es capaz de destruir y de desprestigiar, todo en función de la ideología del momento que se esté imponiendo o sea dominante. No nos cabe ninguna duda de que el pensar de la masonería se impone en nuestro mundo actual. El relativismo moral, el librepensamiento, la ambigüedad nacional en España, la nación de naciones, el desprestigio del Ejército, de la defensa de la unidad de España y, por supuesto, el ataque sistemático a la Iglesia católica.
Todo el debate se abre porque la Iglesia utiliza lo mismo que utilizan todos, ¿por qué los demás sí y la Iglesia no? ¿De qué se tiene miedo? A lo mejor es que el mensaje de la Iglesia es demasiado actual para ciertos sectores sociales que ensalzan al hombre pero desprecian la trascendencia.
La publicidad tiene un objetivo claro, y lo digo como experto en las dos ramas, he sido director de una agencia de publicidad durante más de diez años y también soy sacerdote, hay que decir la verdad y además difundirla, sólo aquello que se conoce puede realizarse y por lo tanto opinar, saber en verdad que la Iglesia es la institución que mayor obras sociales realiza, y de una manera desinteresada, los voluntarios lo hacen por amor a Jesucristo.
Piensan que es un despilfarro el dinero invertido en publicidad pero los que lo critican también lo hacen, la publicidad sirve para rentabilizar y concienciar. Otros decían que no se tenía que dar a conocer el cambio de la ley de la financiación de la Iglesia en España, entonces, ¿cómo se va hacer?
No quieren que se haga publicidad, como bien lo están demostrando muchos sectores de la izquierda liberal anticlerical, algunos incluso exigen una auditoría pública de las cuentas, cuando no lo hace ningún partido político. Muchos se empeñan en tratar a la Iglesia por diferente rasero, hablan de la riqueza, de los bienes, de los templos, quieren que se vendan iglesias, me gustaría saber lo que piensan los habitantes de un pueblo si se decidiera vender la iglesia del municipio para fines sociales.
El patrimonio de la Iglesia es el resultado de muchos siglos de devoción y de fe, que pertenece a los creyentes, a todos los católicos, y no son los de fuera los que tienen que venir a decir cómo se tiene que pensar o actuar, si hay libertad, tiene que haber libertad para todos, no sólo para los que piensan de una determinada manera.
Dicen que quieren que la Iglesia se autofinancie, pero les parece mal que la Iglesia tenga recursos propios, se quiere que se confíe en una manera equivocada de entender la divina providencia. La pregunta es: ¿qué es lo que quieren? Creo que muchos lo que querrían es que la Iglesia no existiera, pero el objetivo de esta es el anuncio del Evangelio de Cristo a toda la tierra, y esa misión por mucho que pese no se va a parar, porque es el mismo Espíritu Santo el que la sostiene.
Desde luego que es necesaria la buena publicidad para que Iglesia anuncie la verdad, además el tiempo está demostrando que así es, porque, si no fuera así, no habría tanto malestar por parte de algunos sectores.
¿Tiene la Iglesia católica que hacer publicidad? La respuesta bajo mi punto de vista es que sí, la Iglesia está insertada en nuestra sociedad y por lo tanto forma parte de esta. ¿Tiene que ser la Iglesia distinta? Todos los partidos políticos, ONG, empresas públicas y privadas, realizan campañas para informar a los ciudadanos de lo que están haciendo.
Es cierto que la Iglesia tiene un gran número de personas que son católicos practicantes y que muchos de los mensajes llegan a través de la parroquias y de las diversas campañas internas. Pero luego hay otro sector de la sociedad española que se considera católica pero que es poco practicante, pero que sí que se acerca a la Iglesia en momentos puntuales como el bautismo, primera comunión, matrimonio, misas de difuntos y fiestas patronales. No podemos olvidar que los nuevos altares para la evangelización son los medios de comunicación.
Muchos de los momentos más importantes de la vida de las personas están vinculados a la Iglesia, y cuando una persona se acerca tiene que encontrarse con una Iglesia acogedora.
La Iglesia debe hacer más publicidad que nunca porque esta se hace por dos motivos, uno de ellos porque tiene la obligación de informar de cuál es su misión social, cultural, familiar, y segundo porque está habiendo un ataque directo desde muchos sectores para desprestigiar a la Iglesia, se quiere vender una imagen de la Iglesia, retrógrada, obsoleta, corrupta, trasnochada e imponedora de normas morales que frenan el desarrollo social.
Tenemos que darnos cuenta de que la maquinaria propagandista crea ídolos, ideas, tendencias, modas, pero que también es capaz de destruir y de desprestigiar, todo en función de la ideología del momento que se esté imponiendo o sea dominante. No nos cabe ninguna duda de que el pensar de la masonería se impone en nuestro mundo actual. El relativismo moral, el librepensamiento, la ambigüedad nacional en España, la nación de naciones, el desprestigio del Ejército, de la defensa de la unidad de España y, por supuesto, el ataque sistemático a la Iglesia católica.
Todo el debate se abre porque la Iglesia utiliza lo mismo que utilizan todos, ¿por qué los demás sí y la Iglesia no? ¿De qué se tiene miedo? A lo mejor es que el mensaje de la Iglesia es demasiado actual para ciertos sectores sociales que ensalzan al hombre pero desprecian la trascendencia.
La publicidad tiene un objetivo claro, y lo digo como experto en las dos ramas, he sido director de una agencia de publicidad durante más de diez años y también soy sacerdote, hay que decir la verdad y además difundirla, sólo aquello que se conoce puede realizarse y por lo tanto opinar, saber en verdad que la Iglesia es la institución que mayor obras sociales realiza, y de una manera desinteresada, los voluntarios lo hacen por amor a Jesucristo.
Piensan que es un despilfarro el dinero invertido en publicidad pero los que lo critican también lo hacen, la publicidad sirve para rentabilizar y concienciar. Otros decían que no se tenía que dar a conocer el cambio de la ley de la financiación de la Iglesia en España, entonces, ¿cómo se va hacer?
No quieren que se haga publicidad, como bien lo están demostrando muchos sectores de la izquierda liberal anticlerical, algunos incluso exigen una auditoría pública de las cuentas, cuando no lo hace ningún partido político. Muchos se empeñan en tratar a la Iglesia por diferente rasero, hablan de la riqueza, de los bienes, de los templos, quieren que se vendan iglesias, me gustaría saber lo que piensan los habitantes de un pueblo si se decidiera vender la iglesia del municipio para fines sociales.
El patrimonio de la Iglesia es el resultado de muchos siglos de devoción y de fe, que pertenece a los creyentes, a todos los católicos, y no son los de fuera los que tienen que venir a decir cómo se tiene que pensar o actuar, si hay libertad, tiene que haber libertad para todos, no sólo para los que piensan de una determinada manera.
Dicen que quieren que la Iglesia se autofinancie, pero les parece mal que la Iglesia tenga recursos propios, se quiere que se confíe en una manera equivocada de entender la divina providencia. La pregunta es: ¿qué es lo que quieren? Creo que muchos lo que querrían es que la Iglesia no existiera, pero el objetivo de esta es el anuncio del Evangelio de Cristo a toda la tierra, y esa misión por mucho que pese no se va a parar, porque es el mismo Espíritu Santo el que la sostiene.
Desde luego que es necesaria la buena publicidad para que Iglesia anuncie la verdad, además el tiempo está demostrando que así es, porque, si no fuera así, no habría tanto malestar por parte de algunos sectores.
Javier Abad Chismol.
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