CRISTIANISMO Y ESPERANZA

BUSCAR LA ESPERANZA EN EL CAOS

En un momento como el actual hablar de esperanza no resulta fácil, la situación económica no es precisamente buena, y lo peor es que no parece que hayamos tocado fondo. Nuestra aparente sociedad del bien estar se desmorona, todo lo que se había avanzado empieza a retroceder a una velocidad de vértigo.

¿Qué le ha ocurrido a nuestro mundo? España, al igual que otros países parece haber contraído una enfermedad de difícil cura, ¿Dónde está el antídoto?  Puede ser una mala gestión, o una ambición desmesurada, o un egoísmo, lo que no tenemos dudas es que el sistema se tambalea, y augura llevarse a muchos por delante, una especie de Tsunami que lo arrasa todo y no está dispuesto a perdonar a nada ni nadie que encuentre por su paso.

Los cristianos no nos podemos quedar en afirmar la mala suerte, o en la ambición de unos pocos, el tema es mucho más profundo y más grave. El mal hay que buscarlo en la manera de vivir, en la escala de valores, en las preferencias, para así llegar a la conclusión que el hombre no puede vivir sin Dios y sin los mandatos divinos.

Hemos sido gobernados en España por un Gobierno anti católico, a perseguido la fe, ha abierto heridas del pasado, ha perseguido las creencias en su expresión exterior queriendo desterrarla al foro interior, es decir que nuestra vida pública este en ausencia de Dios.

Un socialismo que adoctrina, que por un lado prohíbe fumar pero permite el uso desenfrenado de las drogas a los jóvenes, que consiente el aborto a menores de 16 años, que crea un tono burlesco a lo católico, no hay más que ver las manifestaciones anti cristianas que tono, que vestimenta y como su objetivo es hacer daño.

 

Ahora con el cambio de gobierno, no parece que las cosas estén mejorando, a lo mejor el mal ya es irreparable, el agujero moral y económico tiene unas dimensiones enormes.

¿Cuál es el resultado de este modelo de sociedad? Es la destrucción, se ha perseguido a la familia tradicional, cuando es el núcleo fundamental de crecimiento de las personas, se le ha quitado la autoridad al profesorado, a las fuerzas del orden público.

Lo que tenemos es el modelo de sociedad basada en el egoísmo, en la ausencia de Dios, en vivir sin escrúpulos, un modelo que nos ha llevado a dos ruinas, a la económica y a la moral.

Los cristianos no debemos desmoralizarnos, y ahora más que nunca manifestar que hay una forma distinta de vivir en la vida, una forma basada en el Evangelio de Jesucristo, en donde la codicia, el egoísmo queda sanada por el amor de Dios. Cuando el hombre, la sociedad vive al margen de Dios estos son los resultados, caos, falta de esperanza, y falta de futuro.

Javier Abad Chismol