“EL PODER DE LA MUERTE
NO LA DERROTARÁ”
Palabras de Jesús a san Pedro: “Tú eres Piedra, y sobre esa roca voy a edificar mi Iglesia y el poder
de la muerte no la derrotará” (Mateo 16, 18).
En los primeros pasos del cristianismo, en el siglo I, surgió
un tipo de literatura cristiana que se llamaba Apología, escritos que defendían
la fe, el cristianismo y a la Iglesia Primitiva. Por lo tanto, no es nuevo que
sigan habiendo personas resentidas con la Iglesia y arremetan contra ella, no
es la primera vez que se ha pretendido desprestigiar a la Iglesia, es más, que
se ha querido destruir, eso sí, con una peculiaridad, salvando al personaje
histórico de Jesús de Nazaret, olvidando que fue asesinado por el poder del
mundo como farsante, la misma acusación que se hace ahora sobre la Iglesia.
El artículo publicado; “¿Trampas magnéticas de la Iglesia?”,
publicado en, “Tu periódico local” de L´Horta en Valencia, es un conocido
escrito con doble identidad, un escrito que surge del resentimiento contra la institución
llamada Iglesia, en donde se quiere desmontar los criterios de autenticidad de
la Iglesia.
Lo hemos visto firmado por María José Navarro, pero también
lo encontramos firmado por Juan Lama Ortega, en sendas páginas web;
“Morrocotudo” en Chile, y la primera en “Wikio, social Networking news” de México.
No sé exactamente como ha llegado ahora a nuestras calles.
Se basa en escritos de filosofía, ensayo y novela, de una tal
Uli Weyland, un autor que ha realizado un ataque sistemático y odioso contra el
Papa y la Iglesia, creyéndose con su verdad absoluta. Ningún escrito coherente
puede utilizar citas de ficción para querer llevarnos a una verdad, porque eso
se llama engaño. Recordemos libros como; “El Código Da Vinci” de Dan Brown, o
de “Carta de Jesús al Papa” de Fernando Sánchez Dragó.
Deformar la doctrina, manipular la Palabra de Dios, ¿Se puede
sesgar la Biblia? ¿Podemos quitar y poner a nuestro antojo? Eso es lo que hacen
los manipuladores y los grupos sectarios.
Negar a la Iglesia alegando el pecado y la Iglesia, pero,
¿Qué es el pecado? Algo tan sencillo como el alejamiento de Dios y de nuestra
felicidad. ¿Qué es la Iglesia? Pues, todos los que siguen a Jesucristo.
Los discursos que muchas veces se esbozan son propios de la
Edad Media, argumentos que niegan la plenitud del hombre. La Iglesia marca el
camino para ser libres y felices, nos libera de la esclavitud del pecado. El
Espíritu Santo de Dios nos marca el camino de la verdadera libertad.
La Iglesia es la Institución mundial que más obras de caridad
realiza, con millones de voluntarios que dan su vida y su tiempo por los demás,
manifestando el amor a Dios y al prójimo. Solo hay que acercarse a las
distintas parroquias e instituciones de la Iglesia para comprobar lo que se
hace por los demás, especialmente por los más pobres en sus dos dimensiones;
espiritual y material.
Para no extenderme, termino con las palabras de Jesús del
Sermón de la Montaña: “Dichosos seréis cuando os persigan y os calumnien por mi
causa, porque vuestro es el Reino de los Cielos”
Javier Abad Chismol
www.lavozcreyente.com
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